¿Es estudiar sólo ponerse delante de los libros?, aparentemente para muchos estudiar consistiría en ello, pero la realidad es otra, implica más, mucho más. Estudiar requiere de dos grandes factores que se han de dominar de manera importante, pues de lo contrario sería un estudio simple y poco fiable de cara a los posibles resultados que del mismo se pudieran obtener.
El primer gran factor es el estrictamente metodológico; es altamente necesario que cualquier estudiante domine las estrategias oportunas para saber cortar con su posible y natural desconcentración, que sepa crear planificaciones realistas que ajustadas a su persona y a su realidad le lleven a la consecución de los objetivos que se proponga. Es también clave que sepa llegar a lo importante de los textos, a la esencia de la información para facilitar no sólo la comprensión de lo que estudia, sino también la elaboración de técnicas de síntesis que encaminen enormemente su memorización posterior. Requiere por supuesto de una serie de estrategias de memorización que le transmitan seguridad, que anulen en gran medida el gran temor de muchos estudiantes de «quedarse en blanco». Y necesita por último de recursos efectivos para saber afrontar los exámenes.
El otro gran factor es el mental; si bien todo lo anterior es imprescindible para el estudio, no menos lo es el aspecto cognitivo. No es para nada lo mismo ese estudiante que cree en sí mismo que ese otro que no confía. La diferencia entre ambos es enorme; cuando el estudiante cree en lo que hace le permite tomar el control de su estudio, sabe lo que hace, confía en lo que hace, y ante dificultades no se rinde. Por su parte aquél estudiante que no cree en lo que hace estudia sin una guía clara, actúa por impulsos y cotidianamente son sus propios estados anímicos los que marcan el rendimiento de cada día de estudio.
Por lo tanto el dominio y control de estrategias metodológicas combinadas con una creencia en uno mismo se conforman como ejes claves para una adecuada y óptima autoestima académica. Es necesario que todo estudiante encuentre la misma y se identifique con un método de estudio que sienta propio, que le aporte motivación. Si se logra el estudiante habrá evolucionado mucho en su vida académica.
