Terminan las deseadas vacaciones y asoma nuevamente otro año académico, un año que como es habitual vendrá acompañado de sensaciones y emociones diversas, de esfuerzos, de alegrías y desengaños, un año con toda su incógnita pero al tiempo para muchos lleno de ilusión por ir marcando el camino hacia unas metas muy particulares en función del curso que cada uno en su vida estudiantil u opositora afronte.
Comienza el curso y con él esas miradas y planteamientos de curiosidad sobre las diferentes materias a trabajar, sobre profesores que te tocan o sobre el grupo de compañeros que van a conformar este año.
En el mundo de las oposiciones se comenzará con el deseo del que por primera vez las afronta, o con la suma de un año más para que quede menos hacia la meta más deseada. Una meta que merece todo el esfuerzo que pueda ser por parte del opositor que deberá exprimir su tiempo si no puede dedicarle todo el que deseara por motivos laborales, familiares u otros.
Comienza pues un año académico en el que con independencia de la realidad de cada uno, toca algo común a todos, el sentirse motivado hacia el objetivo. Y es que el curso con independencia de situaciones o circunstancias personales debe ser afrontado con las energías y con las estrategias de estudio necesarias para saber desarrollarlo de la forma más óptima posible.
Toca decir «a por el curso, a lucharlo», así pues querido estudiante, cree en ti, confía en tus capacidades, eres la mejor estrategia de estudio que hay, pero si te ves sin los recursos necesarios, o sin la imprescindible motivación que requiere tu reto no dudes en buscar ayuda, ponte en ese caso en contacto con psicólogos especializados en técnicas y estrategias de estudio. Tú y tu año académico que recién comienza lo merece.
