Cuando se estudia hay que saberlo hacer. Es fundamental aprender a estudiar de forma correcta y apropiada ajustando los diferentes recursos a cada estudiante en particular.
Sin embargo, ese aprendizaje que debe ser personalizado y diseñado de forma específica para cada uno no se da en un importante número de estudiantes. Muchos de ellos desde sus etapas estudiantiles más tempranas estudian como sus familiares le han aconsejado, como le han enseñado en clase, o como por iniciativa propia han considerado mejor.
Esas enseñanzas pueden ser evidentemente efectivas y el estudiante desarrollar bien su estudio, sin embargo pueden fallar por una cuestión esencial; no se ha parado en estimar cómo interpreta el estudiante su estudio, como se ve así mismo, cómo se valora, cuáles son sus expectativas, etc.
Evidentemente tanto el contexto familiar como el del centro académico tratarán de aportarle estrategias, sin embargo, las familiares estarán marcadas por aprendizajes previos de otras personas, y las enseñanzas de los centros educativos difícilmente serán personalizadas. Por su parte las que uno mismo desarrolla simplemente responderán a una intuición.
Por todo ello es necesario que el estudiante aprenda realmente a estudiar, y ello no sólo consiste en en tener recursos de concentración, planificación, de trabajar textos, memorizar y afrontar los exámenes, sino que todos esos recursos sean adaptados y ajustados a cada estudiante pues cada uno es único. Para esta labor es clave acudir a psicólogos colegiados especializados en estrategias y técnicas de estudio.
