De todos es sabido que la memorización es junto a otros factores una cuestión clave dentro de todo proceso de estudio. Desafortunadamente, para muchos estudiantes hablar de memorización es sólo «soltar información» sin más, y luego casi ni se acuerdan de lo supuestamente retenido.
¿Es esta percepción del estudiante una verdadera memorización?, o dicho de otra forma, ¿es una memorización eficiente?
La respuesta a tal planteamiento es clara, memorizar de cualquier manera para «soltarlo» en el examen sin más, no es para nada eficiente ni verdadero; lo que realmente interesa es un tipo de memorización que le permita al estudiante no sólo adquirir los conocimientos necesarios, sino también integrarlos en su aprendizaje.
Memorizar requiere para ello de una integración de diversos factores que van a permitir que la misma sea eficiente y adecuada, pero ¿de qué factores hablamos?
Concentración: la memorización es más fácil si se ve acompañada de un cierto grado de concentración.
Planificación: debe estar integrada por dinámicas específicas que favorezcan la retención.
Tratamiento de la información: debe comprenderse el texto y saber determinar cuál es la información esencial a memorizar y cómo reflejarla para retenerla.
Técnicas propiamente de memorización: no vale cualquiera, hay que saber seleccionarlas en función de diferentes variables académicas y adecuarlas a las características concretas y personales del estudiante.
Exámenes: manejar si es el caso cuestiones como la ansiedad es muy necesario a la hora de recordar lo memorizado.
No es lo mismo por tanto memorizar por memorizar, que hacerlo de forma eficaz, buscando un procedimiento que ajustado a la persona del estudiante le permita encontrar una mayor optimización a su forma de estudiar.
