Vacaciones – Estudio
Llegados a este mes de Agosto habrá estudiantes en diferentes circunstancias: quienes estarán disfrutando de sus merecidas vacaciones; los que continuarán estudiando por no haber trabajado lo suficiente a lo largo del curso; y los que voluntariamente seguirán complementando o reforzando su formación de cara al próximo curso académico.
Los que se han ganado unas merecidas vacaciones y se olvidan de los libros.
Estos estudiantes deben ser conscientes de lo logrado y saber valorar el esfuerzo realizado a lo largo del curso académico.
El logro de haberlo conseguido no debe ser sólo de disfrute sin más, debe conllevar también la reflexión de que casi siempre todo esfuerzo conlleva su recompensa; que lo conseguido debe convertirse en un ejemplo a imitar o incluso a mejorar de cara al próximo curso académico.
Debe pues enfocarse como un merecido descanso, pero al tiempo como una «recarga de pilas» para que el próximo verano también lo pueda disfrutar plenamente.
Los que no le queda otra que seguir estudiando.
Para estos estudiantes la situación es bien distinta, por las circunstancias que sean (dejadez u otras) no tienen más remedio que tratar de enderezar lo no conseguido a lo largo del período natural del curso académico.
Quizás se vean obligados (y no sólo el estudiante sino quizás también su familia) a quedarse sin vacaciones o limitarla.
El verse estudiando debe servirles de reflexión para «una y no más». Debe ser el punto de inflexión para que una vez recuperadas las asignaturas, vean en el próximo curso la oportunidad de hacer las cosas mucho mejor, la posibilidad de luchar por un nuevo verano bien diferente al presente.
Debe ser también de reflexión sobre su forma de estudiar y la posibilidad de ponerse en manos de psicólogos expertos que le enseñen verdaderamente a estudiar, logrando así un nuevo método que le lleve a creer en sí mismo.
Los que resolviendo su curso no se desvinculan del todo del estudio.
Y los hay que aún habiéndose ganado sus vacaciones, desean o tienen el consejo de no desvincularse del todo de los estudios.
Debe el estudiante en éstas circunstancias manejar «con maestría» ambos factores, desde el saber que debe disfrutar plenamente de sus vacaciones, pero también desde la perspectiva de mantener un superficial contacto con los libros que no representen más que el puente hacia su próximo reto académico.