En un verano normal habría estudiantes que gozarían de unas merecidas vacaciones, estarían quizás viajando, en la playa, en campamentos, tranquilamente en casa… otros quizás viéndose en la necesidad de acudir a academias para reforzar asignaturas que no terminan de controlar, o bien, acudiendo a las mismas por el simple deseo de mejorar sus técnicas de estudio. En definitiva habría tantas circunstancias concretas como estudiantes.
Si bien todo ello se sigue dando este verano, hay algo que se sale de la norma, algo que viene de meses atrás y está marcando la vida de todos, estudiantes y no estudiantes… la famosa Covid y sus consecuencias.
Es evidente que hay estudiantes que han realizado un esfuerzo meritorio a lo largo del curso y tienen su descanso ganado y merecido, pero también es una realidad que otros estudiantes de muy diverso nivel «se han beneficiado del contexto» encontrando más facilidades de lo habitual en el logro de sus objetivos académicos.
Mirando de cara al próximo curso debe tener cuidado el estudiante que sepa que así ha sido, pues puede «pagar» el extraño ritmo de estudio del curso recién finalizado. Debe evitar a toda costa no entrar en una especie de conformidad, sino por contra buscar y encontrar su propia motivación a través de las técnicas y estrategias de estudio.
Si así lo hace estará invirtiendo en el próximo curso, estará entonces realmente trabajando en su futuro merecido descanso.