¡Cuánto de importante es tener confianza en lo que uno hace!. En cualquier aspecto o circunstancia de nuestra vida, desarrollamos nuestra labor o nos comportamos de «x» forma en función de la seguridad que sentimos en nosotros mismos. Las formas de relacionarnos, de abordar tareas, e incluso de pensar en posibles proyectos suelen venir muy marcadas y definidas por dicha confianza.
Como es lógico, los estudios también se ven altamente influenciados por cómo el estudiante se cataloga y siente respecto a cómo aborda sus tareas y obligaciones académicas. ¿Cómo estudia un estudiante inseguro?, ¿con qué confianza da por sabido lo ya memorizado?, ¿cómo acude al examen?
Es necesario que el estudiante adquiera seguridad en sí mismo y por ende confianza en su forma de estudiar. El estudiante debe estar preparado para planificar sintiendo que dicha planificación le lleva de la mano al éxito buscado; debe saber encontrar la información esencial en los diferentes textos de estudio; debe desarrollar técnicas de síntesis en las que crea; debe saber seleccionar formas de memorizar apropiadas a su persona; y debe ir al examen con esa autoestima prudente pero segura de lo trabajado.
¡Qué importante es por tanto la propia confianza, y qué necesario es fomentarla en el estudiante!
Trabajar para ello y ofrecer una metodología que adaptada al estudiante fomente dicho objetivo ha de ser primordial en todo centro que mire verdaderamente por sus alumnos. Un objetivo que acompañado por las estrategias necesarias debe ser desarrollado por psicólogos especializados en la enseñanza de técnicas de estudio. No olvidemos nunca que «porque cada estudiante es único, su método de estudio debe ser exclusivo y personal«.
