Comienza en estos próximos días un nuevo curso académico, un curso con expectativas, ilusiones, un curso donde parece que poco a poco la pandemia va quedándose atrás y donde la vuelta a la presencialidad deja a un lado la intensidad de cursos online del año anterior.
Supone un retorno a casi lo de siempre, al contacto social directo con profesores, compañeros, al verte ante exámenes en papel… en definitiva a lo de «toda la vida».
Pero si todo ello es en definitiva una vuelta prácticamente a la normalidad a distintos niveles, físico del lugar a donde se acude, social del contacto directo, procedimental de trabajos y exámenes en clase, no debemos olvidarnos tampoco de una vuelta a lo cotidiano desde la predisposición personal de cada estudiante.
El estudiante es el verdadero protagonista de la vuelta a comenzar, es él mismo quien debe «regar» todas esas cuestiones de vuelta a la normalidad de ilusión y de ganas de hacer las cosas bien, de implicarse en sus estudios y de volver a empezar con el profundo propósito de dar lo mejor.
El estudiante ha de tomarse este curso ya no sólo como una propia responsabilidad, sino también debe apreciarlo desde el valorar la oportunidad de retornar a su vida académica de siempre.
En definitiva, un año más tradicional, una nueva posibilidad de madurar, de tener la satisfacción de cumplir un nuevo reto, de luchar, de ilusionarse, de vivir el año académico.
Animamos y deseamos pues lo mejor a cada estudiante como único que es en este nuevo y ansiado curso de la vuelta a la normalidad.
