Rendir en clase.
En un gran número de ocasiones cuando hablamos de concentración nos solemos referir al tiempo de estudio en casa o en la biblioteca. Sin embargo, la concentración debe ir mucho más allá de ese momento de estudio, es necesario que la misma se produzca también en el horario académico de clase.
Muchos estudiantes parecen pasar por alto el gran beneficio que les aportará a su posterior tiempo de estudio el lograr una adecuada atención – concentración en clase. Es típico que un elevado número de estudiantes vean su tiempo de clase como algo con lo que se «debe cumplir» porque no queda otra, una especie de conformismo.
Lo cierto y verdad es que quienes piensan o actúan de esta manera pierden la posibilidad de un buen aprovechamiento de su tiempo de clase. Y es que el atender en clase supone un impulso importante al estudio.
Ahora bien, ¿cómo lograr ese rendimiento, esa atención? existen posibilidades muy diversas de estar concentrados en clase: tomársela como un objetivo en sí, seguir atentamente las explicaciones del profesor o trabajar con el material conforme se desarrolla la clase, son algunas opciones posibles en función del nivel académico de que se trate.
Pero por encima de todas ellas esta la persona en sí, es el propio estudiante la pieza clave y esencial para saber sacar de clase el mayor rendimiento. Si el alumno se lo propone será capaz de superar pequeñas distracciones de compañeros, asignaturas aparentemente aburridas o tonos de profesores monótonos.
Saber enseñar al estudiante a llegar a predisponerse para un buen logro académico de su tiempo de clase y que además lo haga con motivación, debe ser una tarea fundamental dentro de la enseñanza de las técnicas de estudio. Psicólogos expertos en la materia deben ayudar al estudiante a tal fin.
