En estas fechas la inmensa mayoría de los estudiantes se encuentran en pleno proceso vacacional, período clásico para desconectar del año académico, de disfrute y de por qué no de reflexión interna.
Esa reflexión interna hace referencia a la propia visión que cada estudiante tiene sobre sí mismo, dicha percepción que viene también vinculada con el grado de autocrítica deriva habitualmente hacia una demanda de mejora, o de satisfacción personal. Sea cual sea esa sensación autocrítica es obvio que estamos hablando de algo tan esencial e importante en la vida en general pero por supuesto en particular en el ámbito académico como es la propia autoestima académica.
Cuando el estudiante se siente seguro de sí mismo percibe su estudio como algo que evidentemente hay que abordar (apetezca más o menos) pero que afronta con confianza, con la seguridad de que es cuestión de dedicación y de emplear estrategias y técnicas de estudio adecuadas para según lo que esté tratando. Es un estudiante que en su reflexión veraniega se suele sentir satisfecho de sí mismo, y aunque esté contento de cómo ha sido su curso, habitualmente sigue sintiendo en su interior un deseo de crecimiento de su autoestima académica, de seguir evolucionando.
Todo lo contrario siente ese otro estudiante que cuando reflexiona se da cuenta lo regular o mal que lo ha pasado con sus estudios, y quizás no porque no sepa estudiar, sino porque no termina de confiar en sí mismo. Hablamos de un estudiante que posiblemente su seguridad la base en horas y horas de dedicación, o que necesite quizás la aprobación de otros respecto a cómo ha estudiado. Es un estudiante que internamente sufre, lo pasa mal, y que seguramente en esta reflexión sueña con el deseo de sentirse el próximo curso más fuerte, más seguro de sí mismo, con en definitiva buscar y encontrar una mayor autoestima académica.
Dos percepciones por lo tanto que son la noche y el día, y que llevan a cierta realización personal, o a una frustración que amarga y suele entorpecer el resultado académico.
Sea una u otra es bueno seguir trabajando en la autoestima.
Si se tiene una buena autoestima académica siempre hay que seguir buscando ese crecimiento que haga al estudiante fortalecer su propia confianza. Si por el contrario se tiene una baja autoestima académica hay que ir poco a poco dándole la vuelta a esa percepción que evidentemente no favorece para nada. Si es el caso el estudiante debe proponerse firmemente buscar esa seguridad, y para ello lo mejor es dejarse ayudar por psicólogos especializados en estrategias y recursos de técnicas de estudio, pero también especializados en la mejora y el abordaje de la autoestima personal y académica en particular.